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Hoy vengo a hablaros de mi libro.

Pues si señores, hoy vamos a hablar de Francisco Umbral, tristemente recordado por su paso por el programa «Queremos saber» de Mercedes Milá.

Pero Francisco Umbral, además de provocar la hilaridad a muchos españoles, fue también uno de los mejores escritores en lengua castellana del siglo XX, y posiblemente el mejor articulista del siglo pasado.

Podemos empezar por lo obvio, Francisco Pérez Martínez nace un 11 de mayo de 1932 en Madrid, ciudad a la que dedica gran parte de su obra, como el mismo dijo» Madrid es una excusa para contar historias, es un género literario».

Paso su infancia en Valladolid, entre lecturas voraces y enfermedades que lo tenían recluido en casa.

En Valladolid comienza a escribir en la revista Cisne del Sindicato Estudiantil Universitario, y su carrera periodística en El Norte de Castilla, ayudado por Miguel Delibes.

Luego se vendría a León donde trabajaría en el diario Proa en La voz de León y el Diario de León.

Se marcha a Madrid como corresponsal y frecuenta el Café Gijón, lugar de reunión de literatos, artistas y bohemios del Madrid de los 60. Allí entabla amistad con Camilo José Cela, por el que consigue publicar sus primeros libros y comienza a escribir para casi todos los periódicos de la época, convirtiéndose en un columnista de prestigio.

Se casa con Maria España fotógrafa del país y tiene un hijo «Pincho» que muere de leucemia 6 años después y del dolor soportado nacería «Mortal y Rosa» la que llaman obra maestra de Francisco Umbral. Dicen que algunas de sus obras están marcadas por la ausencia, la de su padre y la de su hijo. La desbordante calidad como escritor de Umbral, no es reconocida unánimemente, pero su cuerpo literario y periodístico, permanecerá como una cumbre de la creación del siglo XX.

Francisco Umbral es capaz de ser el escritor más soez e hiriente como en «La bestia rosa» » el sexo de la niña/Rimbaud, o sea, exteriormente considerado, imparcialmente tiene mucho de laberinto desplegable. Uno ha conocido sexos escuetos vulvas limpias, grandes labios que no son sino una ranura tirante. Eso está bien por lo que tiene de higiénico y lo que tiene de infantil aunque por ambas razones suele ser síntoma de frigidez»

Y por otra ser poético, sublime, y con una calidad estética y lírica carente de toda duda, como en «Mis paraísos artificiales». » En este cielo grande, todo de campo triste, escribo ahora una carta del dolor de la duda y quiero que el perfume rosado de los montes llegue hasta ciertos pianos como el borde del agua. En este mes enorme, silencioso de mieses, pienso en un cuerpo claro, guerra de serafines, como en otro verano más perdurable y mío: lámpara de la carne, llama de los inviernos, cuando todos estamos en torno de un desnudo formulando una hoguera de soledad y miedo».

Estoy hablando del «para mi» mejor libro de Umbral, su doble dicotomía rosa / látigo me parece de una dificultad literaria, que tengo dudas se vuelva a conseguir.

En alguna entrevista de las tantas leídas, sobre él, dijo que solo había escrito un libro, y luego los había copiado de distintas formas, sin ser del todo exacto, a mi parecer, es verdad que casi toda la obra de Umbral, gira e torno a su vida, sus vivencias, sus impresiones de la realidad que le tocó vivir, y que como decía el mismo «un poco de tiempo en estado puro, es lo que busco como escritor, no se busca la belleza, ni la verdad, ni la justicia, ni la libertad, cosas todas ellas que están en la vida o no están en ninguna parte. Se busca un poco de tiempo en estado puro»

Creo que no es necesario decir que me puede la pasión, cuando hablo de Francisco Umbral, un escritor de cabecera para mi, solo deciros que, disponéis e nuestra Librería de ocasion y libro antiguo, de una gran muestra de su obra, despedirme con una de sus frases » Escribir es la manera más profunda de leer la vida»

Un saludo y buenas lecturas.

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