No, su padre no era carpintero realmente. El padre de Kenny Kemp era farmacéutico, y le gustaba hacer bricolaje en casa. Era un hombre que siempre sabía sacar provecho de las cosas viejas y olvidadas. Poco después de su fallecimiento, el autor viajó a San Diego para enfrentarse con la desagradable tarea de hacerse cargo de los objetos personales de su padre. Buenos y malos recuerdos se sucedían en su cabeza. Y el resultado de todo ello es este libro.
Esta terapia formada por la energía de los tres reinos: mineral, vegetal y reino color-luz, nos llega a través de Vicky Wall, una farmaceútica inglesa con un conocimiento muy profundo de las plantas y de los reinos de la naturaleza.